BIOGRAFÍA - ANNIE BESANT

   Annie Besant (Inglaterra, 1847-1933)
 
Se puede decir, sin temor a equivocarnos, que pocas mujeres ha habido en la historia con una biografía tan nutrida de trabajo y Servicio altruista como la de Annie Besant. Fue escritora ocultista, periodista, feminista, revolucionaria, socialista, y líder activista a favor de la independencia de Irlanda. Trabajó para la unificación e independencia de Italia, y luego de la India, convirtiéndose con el tiempo en presidenta del Congreso Nacional Indio. Además de todo esto, presidió la Sociedad Teosófica dedicándose por completo al Servicio de la Humanidad.
 
   Nació el 1 de octubre de 1847 en Londres. Aunque su padre era inglés y su madre irlandesa, su ascendencia tenía un fuerte componente irlandés, raíz de la que siempre estuvo orgullosa.  Sus abuelos por parte de la madre eran ambos irlandeses, así como también por el lado materno del padre.
A la edad de 5 años quedó huérfana de padre y vivió tiempos difíciles junto a su madre viuda, hecho que las unió en un lazo casi irrompible. Con 8 años las cosas mejoraron, por aquel tiempo, la Sra. Marryat, hermana de un conocido escritor de la época, se ofreció para proveer a Annie de una buena educación. Esto implicaba la separación de madre e hija, apenas reuniéndose en los periodos de vacaciones, algo que se les hizo muy difícil. Nos podemos hacer una idea de lo que supuso, al leer las palabras de la propia Annie Besant refiriéndose a su madre: “mi amor por ella era idolatría, y el suyo por mí era devoción”, “el vínculo de amor entre nosotras dos fue tan tenaz que nada pudo romperlo”.
 
Era de naturaleza soñadora pero con carácter religioso y místico. Su ímpetu devocional y la generosidad caracterizaron toda la vida de la Sra. Besant. Con 19 años conoció al reverendo Frank Besant, relación que le brindaba la oportunidad de conversar de temas religiosos pero que terminó en boda cuando tenía 20 años.
 
Su matrimonio la hizo muy desgraciada a lo que se le sumaba, el despertar de su carácter que le hacían dudar de varios de los dogmas cristianos. No era la duda del escéptico sino la de un temperamento muy espiritual que deseaba intensamente no sólo creer sino además comprender. Un amigo de Annie Besant, comentó sobre esto, con extraordinaria exactitud: “Como ella no podía ser novia del cielo, se hizo novia del Señor Frank Besant, que difícilmente sería un sustituto adecuado”
 
Su tragedia conyugal fue tan horrible que una vez adquirió veneno con el propósito de ingerirlo y acabar de una vez. Al ir a beberlo oyó una voz clara de severo reproche, que le decía: “¡Oh, cobarde, cobarde, que soñabas con el martirio y no puedes resistir unos pocos años de penas." La voz era muy solemne, y a ella no le pareció exenta de bondad. El único feliz resultado del matrimonio fueron dos hijos (un chico y una chica) unidos para siempre a Annie por un elevado amor.
 
Abandonó a su esposo llevándose a la hijita. Libre de la tiranía eclesiástica trabajó muchos años por el libre pensamiento, y se dedicó al socialismo militante, destacándose como conferencista y escritora de gran potencia. Colaboró estrechamente con Charles Bradlaugh durante muchos años, y elevaron el movimiento librepensador a extraordinaria altura de vigor intelectual. Todas estas circunstancias la envolvieron en una serie de luchas trágicas, lo que propició que su esposo la demandara para reclamar a su hija, alegando que la madre, por sus ideas, no era persona "adecuada” para tenerla. Perdió el pleito y la perdida de la custodia de sus hijos le produjo una profunda pena. Más adelante, tanto la muchacha como su hermano mayor fueron devotos admiradores de su madre y partícipes, cuando fueron adultos, de las nobilísimas causas a las que se consagró.
 
En 1879 se matriculó en la Universidad de Londres y prosiguió sus estudios de ciencias. En 1881 aprobó el examen intermedio de la Universidad con sobresaliente en Botánica y aprobando todas las asignaturas necesarias para los grados de Bachiller en Ciencias y en Medicina. Durante esta época empezó a dar conferencias científicas a obreros. Desde 1885 se relacionó estrechamente con la Sociedad Fabiana, y en este mismo año también fue Secretaria en la Unión de Cerilleras para las que organizó una huelga, la cual ganó.
 
Su etapa como librepensadora comenzó a generarle dudas y decidió buscar por otras vertientes como el espiritismo, hipnotismo, etc… las cuales no le dieron una prueba lógica y clara de supervivencia después de la muerte, aunque los fenómenos fueron interesantes. Fue, sin embargo, en esta época cuando le ocurrió una experiencia entonces inexplicable. Se encontraba sentada en las oficinas de Fleet Street del National Reformer, pensando sobre sus fracasos en busca de la Verdad, cuando de repente oyó una voz que le decía: “¿Estás dispuesta a abandonarlo todo por aprender la Verdad?" Instantáneamente respondió: “Sí, Señor”. No sabía quién había hablado, pero era la misma voz que había escuchado en la ocasión anterior.
 
En 1886, siendo periodista, se le pidió para su publicación una crítica de la obra monumental de Helena P. Blavatsky, fundadora de la Sociedad teosófica, “La Doctrina Secreta”. Annie Besant llevó los libros para casa y, al leerlos se quedó asombrada, las vendas caían. Ella respecto a esto decía: “¡Cómo me era familiar el asunto! ¡Cómo volaba mi mente, presintiendo las conclusiones! ¡Cuán natural me parecía el tema, cuán coherente, sutil e inteligible!”. Estaba maravillada, ofuscada por la luz que me mostraba tantas partes de un grande todo y resolvía todas mis dificultades, enigmas y problemas”.
 
Entusiasmada, escribió a madame Blavatsky, pidiéndole entrevistarse con ella. H.P.B. consintió y  la recibió con un vehemente apretón de manos, exclamando: “¡Oh querida Señora! Besant! Hace tanto tiempo que deseaba conocerla”. Este primer encuentro cambió su vida por completo y pidió ingresar en la Sociedad Teosófica.
 
En el año 1889 fue aceptada en la Sociedad Teosófica y sin dudarlo lo primero que hizo fue ir  a casa de madame Blavastky. Así describe esa visita A. Besant: “Encontré a H.P.Blavatsky sola, me aproximé a ella, me incliné y le besé sin decir una palabra, – „¿Usted ingresó en la Sociedad?‟ – Sí – ¿Leyó el relato?‟ – Sí – ?¿Y entonces?‟ Caí de rodillas, apreté sus manos entre las mías y, mirándole a los ojos le respondí: – „¿Quiere aceptarme como discípula y darme la hora de proclamarle al mundo como mi instructora?‟ Su austero semblante se modificó e irreprimibles lágrimas le llenaron los ojos, después, con una dignidad más que regia, colocó su mano sobre mi cabeza, diciendo: ¡Qué noble mujer es usted! ¡Qué el Maestro le bendiga!
 
Poco después de hacerse discípula de Mme. Blavatsky, se puso en relación con el Adepto llamado “el Maestro M”, que fue uno de los dos Adeptos fundadores de la Sociedad Teosófica. Entonces supo por vez primera que Él fue quien le habló cuando estaba pensando en el suicidio como remedio a sus males y luego más tarde en su despacho de Fleet Street.
 
La Dra. Besant ha sido siempre una gran viajera, visitó casi todos los países de Europa más de una vez. Ha hecho varias visitas a los Estados Unidos y al Canadá, y también a Australia y a Nueva Zelanda. Tan pronto como fue posible viajar en aeroplano, la Dra. Besant eligió este medio, porque la rapidez es una de las mayores características de su temperamento.
 
El 16 de noviembre de 1893 desembarcó en la India por vez primera. La transformación de la vida religiosa en la India entre los hindúes principalmente llevada a cabo por Annie Besant es uno de los asombros de su vida. Pronto reunió a su alrededor un grupo de hindúes para trabajar por la regeneración del pueblo, y en 1898, después de muchos planes, fundó el Colegio Central Hindú en Benarés.
 
La Dra. Besant también organizó un movimiento llamado Hijos e hijas de la India para niños e inició el movimiento de la Cadena de Oro. Fue ella quien organizó los “Boy-Scouts” indios: los muchachos llevaban turbante y cantaban canciones indias.
 
Su intervención en asuntos políticos de la India (entonces aún englobada en el Imperio Británico) fue tan determinante que ella –una inglesa– fue elegida Presidenta del Congreso Nacional Hindú. Creó y dirigió varios periódicos, donde sustentaba ideas de autonomía y denunciaba los abusos y violencias de los británicos, simultáneamente luchando por la amistad entre los dos pueblos.
 
Su admirable genio y capacidad de organización y liderazgo hicieron que surgiera la esperanza de poder estimular una gran transformación en los valores dominantes en el mundo tales como odio, sectarismo, superficialidad, ignorancia… por la cultura superior del espíritu, por la fraternidad de todos los pueblos, por la síntesis del Poder, del Amor y de la Sabiduría.
 
Su trabajo, después de ingresar en la Sociedad Teosófica, se multiplicó en tantas facetas e instituciones para el “Servicio a la causa de la evolución de la Humanidad”, que sería exhaustivo enumerarlas. En la Sociedad Teosófica la señora Besant ocupó la dirección de la organización esotérica conocida por la "Escuela Esotérica" al desencarnar H.P.B.
 
Pronto llegó a ser la expositora más brillante de la Teosofía, lo mismo como oradora que como escritora. Cuando el Coronel Olcott  falleció, en 1907, fue elegida Presidenta por siete años y después reelegida tres veces más.
 
Empleó sus poderes de clarividencia para investigar la naturaleza de los reinos suprafísicos y han sido muchos los libros que ha escrito acerca de este oculto asunto, generalmente en colaboración con su colega C. W. Leadbeater. Un trabajo notable realizado por ambos fue el examen de los elementos químicos por medio de la clarividencia. Este trabajo, empezado en 1895, aún continúa y ha contribuido grandemente al conocimiento del átomo, paralelamente a los descubrimientos que están haciendo los físicos y químicos en la actualidad.
 
Junto al señor Leadbeater, su compañero y amigo en la sociedad Teosófica, mientras paseaban por una playa de Adyar, en la India, conoció al joven J. Krishnamurti. Llamó su atención el aura del niño, la cual era bastante pura. Sintió que era necesaria una figura de referencia que pudiese dar un nuevo impulso a la espiritualidad humana, un vehículo de un gran “Instructor del Mundo” y creyó haberla encontrado en el niño.
 
El propio padre de J. Krishnamurti, que era discípulo de Annie Besant, le confió la educación del niño y la de su hermano pequeño a ella y al señor Leadbeater, una educación que la familia no podía proporcionarles. Más tarde se querelló contra ella y quiso retirar a los muchachos de su custodia. Esta lucha duró varios años hasta que en 1914, los propios chicos, que ya tenían 18 y 15 años pudieron declarar y se quedaron al lado de la señora Besant, ellos la amaban como si fuese su propia madre.
 
Trabajó incansablemente, su ritmo de trabajo era impresionante. Con 80 años viajó por Europa y dio numerosas conferencias, batiendo records, tres conferencias diarias. Trabajaba, aún con esta avanzada edad, cerca de 15 horas diarias.
 
En 1931, cerca de los 84 años, como resultado de una caída, se debilitó hasta el punto de tener que pasar gran parte del tiempo en la cama. Reunió todas las fuerzas que le quedaban para la Convención Teosófica del final de 1932 y, a partir de ahí, fue perdiendo su fuerza vital hasta fallecer, el 20 de Septiembre de 1933, con casi 86 años de una existencia consagrada a estudiar, amar y servir. A su lado estaban dos de los compañeros que, a pesar de todo, mejor pudieron compartir su labor y sus anhelos: C.W.Leadbeater y C. Jinarajadasa, que sería Presidente de la Sociedad  Teosófica entre 1946 y 1953.
 
En su vasta producción literaria se pueden distinguir dos campos: el filosófico-religioso y los escritos sobre la cultura india. Dejó escritas más de 300 obras, además de  muchos otros folletos y conferencias. Sus obras fueron traducidas a las principales lenguas europeas, e incluso se fundaron editoriales y sociedades ocultistas para la publicación de las mismas.
 
El Coronel Henry Olcott dijo de ella:
 
 “Ella es, en verdad, el agente escogido para hacer fructificar las simientes que fueron lanzadas por H.P.B. y por mí durante los anteriores quince años. Nunca encontré una mujer más consistentemente religiosa que ella, ni cuya vida haya sido un auto-sacrificio más alegre. Mis bendiciones estarán con ella, donde quiera que vaya”
“Recuerdo la más espléndida serie de discursos que oí en toda mi vida, y la íntima fraternidad con una de las mujeres más puras, más altamente inteligentes y más elevadas en términos intelectuales y espirituales de su generación o de cualquier otra época histórica de la que yo tenga conocimiento”; “Puedo conscientemente afirmar que en toda mi vida nunca encontré una mujer más noble, altruista e íntegra ni cuyo corazón estuviese lleno de un amor mayor por la humanidad”.

 

María Jesús Pérez

 

 
*   *   *

 

 

 

Sección actualizada: 11-05-2020